martes, 29 de septiembre de 2015

Mentira y alguna magia

Hola, esto es una declaración a no sé muy bien qué.

 A los buenos días cuando pensabas que nadie te los iba a dar.
 A las olas que no están ya solas.
 A la  brisa que ya no acaricia, que más bien pasa deprisa, se diría casi que corriendo, entre las hojas de los abetos más altos.
 A las canciones que antes odiabas y que ahora disfrutas.
 A las veces que no te dije que te quería.
 A las compañías que ahora sabes que no te convienen, y a las que vas a guardar hasta el fin de la caracola.
 A los animales corriendo entre los árboles, y en especial a aquellos que vuelan alto, entre los árboles más altos. 
 A aquella golondrina que nunca te enseñé. 
 A las broncas con los amigos por la mínima estupidez.
 A cuando me dijiste que estabas mal y no te supe hacer caso.
 A ellas, las fuertes e inmortales abuelas, que siempre supieron llegar hasta el final, más fuertes que los robles.
A lo que no prestamos atención. 
A lo que ya no escribo. 
A las personas a las que tanto envidiábamos de pequeños por lo bien que dibujaban.
A las parejas que mirábamos sin entenderlo.
A ti por desaparecer.
A ti por aparecer.



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