sábado, 4 de julio de 2015

Podría ser musa de su pincel

¿Pero no te das cuenta de cómo la mira?
A éstas alturas, seguro que ya se ha imaginado con ella la perfecta sintonia entre las sábanas de un quinto piso, y el carmín pegado a su cuello dejando una huella que se quita rápido. Puede que más que pensarlo, ya lo haya hecho, y que ahora esté recordando, tan perfecto.

Que si la mira así,
mirada salvaje cuando coinciden las pupilas dilatadas
cariño incontrolable cuando ella se da la vuelta y el viento levanta levemente su vestido
puede que sea porque ella es su oniria.

Quizás no es porque esté imaginando, quizás, y sólo por llevarnos la contraria, ya hayan sido felices.
Puede que ya hayan sido uno, deshaciendo y rehaciendo todo aquello que les permite llegar al final, removerse, incorporarse, y tirarlo todo al suelo.
Empezando y acabando una y otra vez la misma melodía,
que nunca para,
que siempre se repite
que aun no han intentado cambiar.

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